Caio y Leo by Levi Brito

Caio y Leo by Levi Brito

autor:Levi Brito
La lengua: spa
Format: epub
editor: Levi Brito
publicado: 2018-11-05T00:00:00+00:00


Capítulo 13 – La Tarde

El lunes, Deb no dejó de hablar de cómo sería su nuevo look y cómo sería la reacción de todo el mundo, principalmente de Mateo. Yo solo escuchaba en modo automático porque mi cabeza estaba con otra persona. Con Leo, por supuesto. Me preguntaba si él me estaría esperando en la puerta de la escuela, si hablaría conmigo delante de sus amigos. En fin, toda aquella utopía que un chico gay sueña que suceda cuando empieza a salir con alguien. Pero ¿Leo y yo estábamos saliendo?, me pregunté a mí mismo.

Cuando llegamos a la escuela, vi rápidamente a la entrada, esperanzado. Pero en medio de los alumnos que entraban, no había nadie alto, de cabellos castaños y ojos verdes. Leo no estaba allí.

- ¿Buscando a alguien? - Oí al nuevo acercarse.

- No es asunto tuyo, Mateo - Dije y se paró al lado de Deb, saludándola con un abrazo y apoyando su rostro en la suya.

Más adelante, ya dentro de la escuela, vi el grupo de hienas de Leo, pero él no estaba allí.

- ¿Dónde está Leonardo? - Deb preguntó, en voz baja.

- Tal vez tenga vergüenza – Dijo Mateo.

- ¡Caio, mira allí! - Deb apuntó.

Sentado en el mismo banco de cemento de principios de año, estaba el chico que tanto amaba. Sentí un leve frío en la estómago, pero no era de miedo, era de ansiedad por verlo. Perdí el aliento cuando sonrió al verme llegar. Estaba tranquilamente sentado con una pierna levantada, el pie apoyado sobre el banco. Tenía el cabello más corto y mostraba sus piernas en una bermuda beige clara. De alguna manera, su modo despojado me excitó. Fui caminando hacia él como si estuviera atraído por un polo magnético. Deb y Mateo se quedaron detrás de mí.

- Hola - dije, tratando de ocultar mi voz ansiosa.

- Hola - sonrió - Ven, siéntate aquí a mi lado.

Me senté. Mi hombro tocaba el suyo.

- ¿Qué estás haciendo sentado aquí?

- Esperándote.

- ¿En serio? - pregunté y se rió.

- La verdad, me dieron una advertencia de la directora por usar bermuda - volteó ojos.

- Ah, ella sí que tiene mal gusto - apunté a mi pantalón de uniforme.

Se rió. Todos los alumnos ya habían pasado e ido a sus salones, estábamos solos. Apoyó el brazo en mi hombro. Su mano se inclinó y deslizó el pulgar por mi cara. Pensé que me iba a besar allí mismo.

- Vamos a la clase antes de que la directora nos vea - dijo.

En el receso, me quedé sentado cerca del patio, junto con la nueva pareja Deb-Mateo. Mientras ella hacía varias preguntas sobre su vida y sus papás, cosa en la que yo estaba completamente desinteresado y sólo bostezaba. No quería lastimar a Deb. Por eso, me quedé allí esperando a que sonara el timbre. Me sorprendió cuando vi pasar a Leo con su grupo de amigos. No me ignoró, pero me vio demasiado rápido hasta volver a hablar con sus amigos. Yo respondí con un rápido movimiento de cejas.



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